ADIOS A LAS ARMAS

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Contacto a través de correo electrónico: 1971adiosalasarmas@gmail

MANUAL PARA LA ACCIÓN NO-VIOLENTA

 La indiscutible opción del Movimiento 15 por la noviolencia hace necesario echar una vista a tras para alimentarse de las experiencias de años de práctica noviolenta en el Estado Español  y en todo el Mundo. Profundizar en el Movimiento de Noviolencia y conocer las herramientasque se han ido elaborando desde los años 70 es, no sólo es una necesidad, sino una posibilidad de enriquecer las inquietudes de cambio que se da en la sociedad actual. Para ello  es mi intención publicar en MABERO algunos de los documentos que hicieron historia hacealgunos años.

MABERO BOLETIN INFORMATIVO
Antonio Poleo
apoleo@pangea.org

LA TECNICA DE LA ACCION NOVIOLENTA

métodos de acción noviolenta

los mecanismos de cambio

acción noviolenta contra la violencia

la técnica fundamental

PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DE LA ACCION/5

LA ACCION DIRECTA


introducción

1. Análisis de la situación

2. Elección del objetivo

3. Primeras negociaciones /7

4. Llamada a la opinión pública

comunicados, peticiones, /8

símbolos, pintadas y octavillas

posters y pancartas /9

manifestaciones

— des
fi les

— con vehículos

— marchas

ayuno /10

huelgas de hambre limitadas

5. Transmisión del ultimátum /11

6. Acciones directas

Acciones directas de no-cooperación

Estarse en casa

Devolución de títulos

Huelga /12

Huelga al revés

Boicot económico

Boicot social /13

Huelga alquileres

Objeción de conciencia

huelga de hambre /14

Acciones directas de intervención

Revolución divertida /15

Confraternización

Happening

Teatro de calle /16

Vigilia

Cantada /17

Encartelados

Encadenamiento

Sentada

Estar de pie /18

Ocupación Móvil

Interferencia

Obstrucción

Encierro /19

Ocupación de lugares públicos

Comportamiento social anticipado

Solicitud para entrar en la prisión

Desobediencia al Poder

Ignorar al Poder /20

Usurpación Civil

Gobierno e instituciones paralelas

ANEXO 1
. /21

Normas para una campaña de prensa

ANEXO 2.
/21

El sociodrama y el taller de acción directa

ANEXO 3
. /23

Algunos consejos prácticos

Bibliografía

Especial 15M

COLECCION: LA NO VIOLENCIA: UNA ALTERNATIVA REVOLUCIONARIA

Nº 2. MANUAL DE ACCION DIRECTA

Edició en catalá: Juliol 1976

Edición en castellano: Febrero 1977

USO PRIVADO, MATERIAL DE ESTUDIO

Edita: PAX CHRISTI Dep. Leg. B- 34.149/76

MANUAL DE ACCIÓN

DIRECTA

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presentación

A la hora de hacer un repaso de las luchas

populares puede constatarse que, a menudo,

una de las causas que más han frenado a los

pueblos a reivindicar sus derechos ha sido el

miedo a la represión, el desconocimiento de

la acción más apropiada para el momento y

el desconocimiento de grupos ya organizados

y entrenados. Muchas veces —con demasiada

frecuencia— se ha dejado la iniciativa a quienes

han superado estos obstáculos, y por eso

gran parte se ha mantenido sólo a la expectativa,

o se han contentado con la simple adhesión.

Está claro, sin embargo, que la progresiva

conciencia de nuestros problemas ha ido animando

a los pueblos y el dinamismo constante

de nuestros días (no hay más que leer la

prensa) nos muestra que no sólo se ha dado

un paso adelante, sino que estamos lanzados

en una carrera por nuestras libertades que ya

nadie podrá parar.

En esta perspectiva, presentamos este libro

titulado «Manual de acción directa» en la

creencia de que puede servir de aportación y

ayuda para todos los que quieren «moverse».

Este cuaderno es, ante todo, un «manual» y

un manual es, por de
fi nición, un instrumento

de ayuda que puede aportarnos ideas, unas

instrucciones y unos consejos. No esperemos

más de él. El resto, la concreción, depende de

todos y del trabajo de la imaginación. Pueden

encontrarse más precisiones y detalles en la

bibliografía.

Hemos procurado poner algunos ejemplos de

cada tipo de acción, especialmente de las que

han tenido lugar entre nosotros. Ciertamente

hay algunas, pero nuestro objetivo no es elaborar

una lista de todo lo que hasta ahora se

ha hecho. Al poner algunos ejemplos, simplemente

hemos querido demostrar que la acción

directa noviolenta no es un invento, sino que

es algo real y estudiado. Lo único que falta es

organizarla, hacerla popular y darle un marco

estratégico.

Finalmente debemos añadir una observación:

ni el orden ni la extensión que se dedica

a cada tipo de acción guarda relación con su

importancia o di
fi cultad. Es evidente, en este

sentido, que la huelga es mucho más trascendental

que otras acciones. Si le hemos dedicado

menos espacio es porque es más fácil encontrar

información sobre ésta que sobre otras

acciones.

La técnica de la acción

noviolenta

La expresión «técnica de acción noviolenta» a

menudo ha sido objeto de muchos malentendidos.

Empecemos, pues, por esclarecer estos

conceptos.

El término «técnica» lo tomamos para descubrir

todos los medios de dirigir una acción o

lucha. Puede pues emplearse al hablar de una

técnica de guerrilla o de la democracia parlamentaria.

El término «acción noviolenta» se re
fi ere a

aquellos métodos de protesta, no cooperación

y no intervención en los cuales, los que los utilizan,

y sin emplear violencia física, se niegan a

hacer ciertas cosas que no se esperan de ellos

o que tienen prohibido hacer. Naturalmente,

en un caso particular pueden combinase las

acciones con las omisiones.

«Acción noviolenta» es un término genérico;

incluye una amplia gama de fenómenos denominados

de diversas formas: resistencia noviolenta,

satyagraha, resistencia pací
fi ca, acción

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directa noviolenta... Mientras es noviolencia,

es acción, y no inacción; la pasividad, cobardía

y sumisión, se han de superar La acción noviolenta

(ANV) es un medio para dirigir con
fl ictos

y mantener luchas y no se ha de comparar con

la disconformidad verbal o la simple in
fl uencia

psicológica. No es simplemente paci
fi smo, y de

hecho, ha sido empleado por gente no paci
fi sta

en la mayor parte de los casos. Los motivos

para utilizar las acciones noviolentas pueden

basarse únicamente en consideraciones de

utilidad práctica. La ANV no es una solución

escapista al problema de la violencia, pues

puede ser empleada contra adversarios que

se apoyan en sanciones violentas. El hecho de

que un bando sea noviolento no implica que el

otro también se abstenga de la violencia.

Ciertas formas de ANV pueden considerarse

como esfuerzos para disuadir por la acción,

mientras que otras son más coercitivas.

Métodos de acción

noviolenta

Existe una variedad muy amplia de métodos

o formas de ANV (se han utilizado más de 200

tipos diferentes). Se dividen en tres clases: la

protesta y persuasión, la no cooperación y la

intervención.

Hablando en general, los métodos de protesta

NV son simbólicos en su efecto, y producen

una conciencia de la existencia de una disensión.

Su impacto puede ser en determinadas

circunstancias, muy grande, incluso en regímenes

tiránicos en los que la oposición está

sometida a fuerte represión. Los métodos de

protesta incluyen las marchas, los piquetes,

las reuniones, la siembra de octavillas, etc...

Los métodos de no cooperación NV, si se llevan

a término por un número respetable de

gente, pueden producir serias di
fi cultades al

adversario para mantener el funcionamiento

de su poder Los métodos de no-cooperación incluyen

diversos tipos de no-cooperación social

(como los boicots sociales), boicots económicos

(de consumo, negarse a pagar impuestos y recibos),

huelgas (general, simbólica, brazos caídos,

atasco económico) y no-cooperación política

(boicot a los servicios del gobierno, boicot a

las elecciones, no-cooperación administrativa,

desobediencia civil, quedarse en casa, etc...).

La forma exacta en que se combinan métodos

de cada una de las tres clases varía considerablemente

de una situación a otra. En general,

los riesgos de los participantes por una parte,

y del sistema contra el que se actúa por otra,

son menores en el caso de la protesta, y mayores

en el caso de la intervención. Los métodos

de intervención son casi siempre e
fi caces

si los participantes poseen un elevado grado

de entrenamiento y disciplina y están dispuestos

a recibir una severa represión. Así, pues,

las tácticas han de seleccionarse y llevarse a la

práctica con particular cuidado e inteligencia.

Para la selección de métodos a emplear en

una situación determinada, se han de considerar

diversos e importantes factores. Estos

factores incluyen el tipo de con
fl icto, la naturaleza

del adversario, sus propósitos, su fuerza,

el tipo de represión que aplicará y, entre

los participantes el grado de compromiso, de

preparación, y de experiencia.

Los mecanismos de

cambio

En las luchas noviolentas existen sintetizando,

tres mecanismos que ocasionan un cambio.

Normalmente se da una coordinación de

los tres. Son: conversión, acomodación y coerción.

Por conversión entendemos que el adversario,

como resultado de las acciones de la persona o

grupo noviolento, llega a tener un nuevo punto

de vista que abarca los
fi nes del noviolento.

Esta conversión puede ser determinada por

razonamiento o discusión. Pero en la acción

noviolenta (NV) puede estar in
fl uenciada por

factores morales y emocionales los cuales pueden

ser también estimulados por el sufrimiento

de los participantes NV, los cuales tratarán

de conseguir sus objetivos sin causar daños a

otras personas.

A pesar de todo, los intentos para la conversión

no siempre tienen éxito. A veces, ni tan siquiera

pueden llevarse a cabo. La acomodación

como mecanismo de acción noviolenta (ANV)

está en una posición intermedia entre la conversión

y la coerción, teniendo generalmente,

elementos de ambas. En la acomodación el adversario

a pesar de no estar convertido, decide

acceder a las peticiones de los participantes en

la acción, en una situación en la que todavía

no tiene opción para escoger una acción. La

situación social en la nube se mueve ha sido

alterada por la acción tanto como para verse

obligado a cambiar su posición en el con
fl icto,

tal vez porque crea que la cosa no merece

todo el trastorno causado por la lucha, o tal

vez porque prevé una derrota y decide retirarse

a tiempo.

La coerción NV puede tener lugar en una de

estas tres circunstancias: el desafío llega a ser

demasiado amplio y masivo para que el gobernante

pueda controlarlo por la represión; el

sistema social y político puede paralizarse; el

desafío puede disminuir la capacidad de represión

de las mismas fuerzas del orden. La coer
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ción NV se hace posible cuando los que están

realizando la acción NV consiguen contener,

directa o indirectamente las fuentes básicas

del poder político del gobernante.

Acción noviolenta

contra la violencia

No puede suponerse que un adversario que

se enfrenta con una oposición que se apoya

solamente en métodos NV, vaya a renunciar

de golpe a su capacidad de violencia. La NV en

cambio, puede operar contra los adversarios

que pueden y quieren usar sanciones violentas,

y puede responder a su violencia de tal

forma que pierdan su equilibrio en una especie

de
jiu-jitsu político.

En lugar de enfrentarse a las fuerzas del orden

con el mismo tipo de fuerzas los participantes

de la ANV responden indirectamente

a estos agentes del poder del adversario. Su

objetivo es el de mostrar que la represión es

incapaz de acobardar a la gente, y privar al

adversario del apoyo existente, minando así

sus recursos. Lejos de signi
fi car el fracaso de

la ANV, la represión ayuda a menudo a hacer

patente la crueldad del sistema político contra

el que se lucha. La represión es muchas veces

una forma de reconocer, por parte del adversario,

que la ANV constituye una seria amenaza

para su política o régimen.

Si en la guerra, el peligro del fuego del enemigo

no siempre fuerza a los soldados de vanguardia

al pánico y a la huida, en la lucha NV

la represión no produce necesariamente la sumisión.

Es cierto que la represión puede ser

efectiva, pero también puede facilitar y no parar

el desafío En este caso, el adversario tendrá

di
fi cultades.

El éxito de la lucha noviolenta depende de la

persistencia de los participantes noviolentos

que en luchar con sus propios métodos, y en

oponerse a todas las presiones, sean causadas

por una hostilidad emocional a las brutalidades,

tentaciones o ventajas momentáneas del

adversario o por agentes provocadores utilizados

por el adversario. Toda violencia por parte

de los noviolentos contrarrestará muchísimo

la acción y justi
fi cará, para muchos, una severa

represión reduciendo las simpatías y el

apoyo de la opinión pública.

Los provocadores tienen como objetivo principal

provocar al grupo de participantes en la

acción con la
fi nalidad de hacerles pronunciar

palabras abusivas, insultar, hablar mal, comportarse

de una manera airada, dejarse llevar

por la confusión y el desorden, hacer pelear a

los cabecillas de la acción, etc... Por lo tanto,

todo esto habremos de procurar no hacerlo.

Ante las provocaciones no se tiene que hacer

nada «bueno» ni nada «malo». Conservar la

sangre fría y comportarse con calma, aunque

la situación se convierta o parezca ridícula. Si

se está inspirado se pueden tener iniciativas

creativas. Si no, más vale permanecer pasivo.

Someterse a la disciplina colectiva y no «perder

los nervios», ya que es precisamente eso lo que

quieren. Seguir las instrucciones del que dirige

la acción, en el caso de que haya dirección.

En este caso el director será el encargado de

hacer evacuar a los posibles heridos, de dar

los primeros auxilios, de estar en contacto con

un médico. A menudo es bueno cantar a coro.

Desconcierta al adversario y anima al grupo.

No pedir asistencia a la policía. Observar y

tomar nota de la actitud de los espectadores

(en todas las acciones siempre tiene que haber

compañeros que hagan de observadores y que

se limiten, con discreción, a cumplir solamente

esta tarea) ya que puede ser de importancia

capital, no solamente para determinar más

tarde el resultado concreto del incidente, sino

también para interpretar mejor, más tarde, los

efectos sobre el público.

La técnica fundamental

Existe una técnica noviolenta especialmente

cuali
fi cada, que no se puede colocar en la larga

lista de las otras técnicas. Quizá ni le vale en

rigor, el nombre de técnica. Se podría resumir

en el imperativo conocidísimo: «amarás a tu

enemigo». No dice «odiarás al enemigo», ni dice

«no tendrás ningún enemigo». Dice una cosa

nada fácil: el enemigo seguirá siendo enemigo,

pero tú, en vez de odiarlo, lo amarás.

Este imperativo se basa en una concepción

del universo «sui generis». Según esta concepción

las contradicciones se dan a nivel concreto,

histórico, como fruto del juego complejísimo

de los diferentes elementos de la vida. Pero

la profundidad de la vida, el núcleo central del

universo, el eje del progreso cósmico es unitario

y armónico. Yo y mi enemigo procedemos de

un origen común, somos dos frutos, dos ramas

de un mismo árbol. Si anulo a mi adversario,

sin resolver las causas de su aparición, del antagonismo

que nos divide hago más prolí
fi ca la

contradicción, engendro más enemigos, como

cuando se poda el árbol.

A nivel de psicología individual, después de

las investigaciones psicoanalíticas, hoy todo

el mundo admite que no se arregla nada con

la represión de los impulsos del inconsciente

individual. La represión evita la contradicción

inmediata pero fabrica complejos y enfermedades

de toda clase.

Es preciso comprender que a nivel social

ocurre la misma cosa. No se arregla nada re
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5

primiendo al adversario. Hace falta resolver la

causa profunda del antagonismo. Es éste un

planteamiento que nos desconcierta. ¿Cómo

una raíz unitaria puede producir una rama

enemistada? Normalmente, la respuesta, que

no se quiere aceptar, es que los dos hijos enemistados

lo están porque cada uno se ha llevado

la mitad —más o menos— de la herencia de

los padres, y las dos mitades son complementarias.

Una necesita de la otra para ser útil.

«Condenados a convivir para funcionar». Los

hombres forman un todo solidario y cuando

nos diversi
fi camos no podemos desentendernos

de los demás, o si no viene la guerra. No

es posible tomar la propia parte de la herencia

y huir lejos para disfrutarla. No hay parte propia.

O disfrutamos todos de todo, o ninguno

disfrutará tranquilo de su parte.

A menudo resulta trágico el ejercicio ajustado

de la solidaridad con el enemigo. Pero es la técnica

fundamental de la NV. Querer al enemigo

es tomar conciencia de la unidad profunda

ineludible que nos une con él, y es resolver el

antagonismo ocasional superable que nos divide

de él. En este amor, que es resolver el antagonismo,

juegan un importante papel la inteligencia

y el ingenio. Hay amores que matan.

La afectividad es un ingrediente del amor, pero

no el único. En el amor entra la exigencia de

la e
fi cacia. No se trata de salvarla conciencia

propia, se trata de salvar al universo.

Esta técnica fundamental puede inspirar mil

técnicas concretas, algunas de las cuales se

encuentran recogidas en este cuaderno. Ella

es el alma. Ella marca la oportunidad o la inoportunidad

de las demás. Ella les da el sentido

ajustado a la hora de la aplicación. Cuanto

más universal tengamos nuestro espíritu, más

noviolentos de verdad seremos.

principios

fundamentales

de la acción

El principio fundamental de la estrategia no

violenta es el principio de la no-cooperación o

de la no-colaboración. Se basa en el siguiente

análisis: si las injusticias están tan profundamente

enraizadas en las sociedades es porque

se bene
fi cian de la complicidad y de la colaboración

de la mayoría de los miembros de estas

sociedades.

Los debates sobre la violencia y la NV se encuentran

casi siempre falseados en cuanto que

se quiere dar a entender que ante la injusticia,

todos estamos dispuestos a recurrir a la violencia,

para derrocar a los poderosos de sus

lugares y privilegios y elevar a los oprimidos

al poder. Pero, ¡oh, sorpresa!, ante la injusticia,

nuestra tentación no es la violencia, cuyos

riesgos y sacri
fi cios no estamos dispuestos a

asumir, y de cuya e
fi cacia no estamos convencidos.

Más bien estamos tentados de permanecer

pasivos, y por eso escogemos la postura de

más comodidad para nuestros intereses. Estamos

mucho más dispuestos a resignarnos a la

colaboración que a la violencia.

Conviene por otra parte que si no hubiera

más elección que entre la resistencia violenta

y la colaboración, más valdría escoger la resistencia

violenta.

A partir de este análisis la estrategia de la

NV consiste en conseguir romper esta colaboración

con la injusticia y ejercer de esta forma,

una presión social sobre los adversarios a
fi n

de hacerlos ceder.

Los métodos de no-cooperación, intentan

coaccionar al adversario mediante la negativa

deliberada a realizar una función, cuya ejecución

es esencial para el mantenimiento de su

posición. Se trata de organizar la no-cooperación

de tal manera que el mayor número posible

se niegue a colaborar con las instituciones,

las estructuras, las leyes y los regímenes que

crean y mantienen las injusticias.

Así pues, se trata de organizar la lucha haciendo

una llamada a cada miembro de la sociedad

para que retire su apoyo a las autoridades

establecidas que de
fi nen la injusticia. La

coerción se hará efectiva a partir del momento

en que los resistentes consigan romper las

fuentes de poder del adversario, de tal forma

que éste se vea privado de los medios de mantener

su posición y pierda el control de la situación.

De esta forma se podrá establecer una

relación de fuerzas a favor de los resistentes.

En un primer momento esta no-cooperación

podrá organizarse en el marco de la legalidad.

Se tratará de agotar todas las posibilidades

ofrecidas por los medios legales. Pero cuando

éstas se revelen inoperantes entonces será necesario

entrar en la desobediencia civil.

La desobediencia civil se fundamenta en el

reconocimiento del hecho demasiado tiempo

ignorado, de que la obediencia a la ley implica

la responsabilidad del ciudadano, y que por

consiguiente, el que se somete a una ley acepta

una parte de responsabilidad en esta injusticia.

Un programa

constructivo

La historia nos ha enseñado que la toma del

poder por una minoría decidida a actuar por el

bien del pueblo es una desviación demasiado

peligrosa de los caminos de la verdadera democracia

popular. Es por eso por lo que no puede

pensarse en conquistar el poder mediante una

especie de izquierda «no violenta».

En su perspectiva revolucionaria la estrategia

noviolenta no tiene como objetivo la toma

del poder para el pueblo, sino directamente la

toma del poder por el pueblo.

Esto exige, en primer lugar, una toma de

conciencia por parte del mayor número posible

de ciudadanos de las verdaderas cuestiones

y de las respuestas que pueden aportarse.

Esta toma de conciencia no puede imponerse

de arriba a abajo, y no puede ser más que el

resultado de un trabajo de educación efectuado

desde la base. Esta «concienciación» ha de

permitir a continuación una toma de responsabilidad.

Entonces puede venir la toma de poder. La

estrategia de la ANV ha de incluir en su perspectiva

la toma de las responsabilidades del

poder: no puede contentarse con elaborar la

contestación de la sociedad, sino que también

ha de permitir asumir su gestión.

Por tanto, la estrategia de la ANV, más que

buscar apoderarse de la dirección de un estado,

se esforzará en crear en la base las- condiciones

necesarias para una gestión de la

sociedad que pueda ser llevada según los principios

y los métodos de la NV. Conviene insistir

aquí en el papel esencial de aquello que muchos

llaman el «programa constructivo». En el

momento de la campaña de acción directa, el

programa constructivo consiste en organizar,

paralelamente a las instituciones y a las estructuras

que se impugnan y con las cuales se

rehúsa cooperar, instituciones y estructuras

que permitan aportar una solución constructiva

a los problemas planteados. Se trata de

fi
jar las bases concretas de la nueva sociedad,

fundada en la justicia y en la solidaridad, por

las que se ha emprendido la lucha.

La estrategia de la ANV consiste en escoger

un punto preciso del sistema que permita hacerlo

caer como con una palanca.

Este punto preciso será «la llave». Hace falta

pues, buscar la llave, el punto débil del adversario,

aquel punto en que tendrá menos

ventajas, el punto del desequilibrio, aquél que

será más fácilmente atacable, el punto en que

el abuso del poder será más claro, más clamoroso

y más molesto.

la acción directa

Introducción

Quisiéramos precisar aquí cuáles son los

diferentes momentos de una campaña de acción

directa, y cuáles son sus modalidades en

cada uno de sus momentos. Si es cierto que

no puede tratarse de dar recetas ni de aplicar

al pie de la letra una serie de normas, no nos

parece desacertado ni inútil reunir enseñanzas

pasadas y clasi
fi carlas según un orden que

presente una cierta lógica, siempre dándoles

un marco en el cual la experiencia nos ha enseñado

que tenía las mayores posibilidades de

emplearse útilmente.

Si estas indicaciones no nos garantizan el

éxito por lo menos que nos sirvan para ahorrarnos

errores que nos llevarían al fracaso.

I - Análisis de

la situación

Para ser e
fi caces y no desacreditar la acción,

es esencial que ésta sea decidida a partir de un

conocimiento exacto de la situación en la cual

se inscribe la injusticia que se quiere denunciar

y combatir con el
fi n de emitir un juicio

racional y coherente que tienda a la mayor objetividad

posible. La posibilidad de justi
fi car en

cada ocasión con pruebas para reforzarla, las

a
fi rmaciones hechas, es un elemento de primera

importancia en la relación de fuerzas que

hace falta establecer ante los adversarios. Además,

no será su
fi ciente con limitarse a constatar

los hechos. Importa comprender, con la

fi
nalidad de saber, cómo y por qué la injusticia

ha aparecido y se ha mantenido. Conviene

sobre todo conocer cuáles son las fuerzas

sociales políticas y económicas implicadas en

la situación, cuáles son las actitudes prácticas

de los bandos en presencia y cuáles son

las justi
fi caciones teóricas que den. Conocer la

solidaridad que obtendremos de otros grupos,

el papel de la prensa y de los partidos políticos,

nuestra situación legal, el estudio de la

legislación que haga referencia a los diferentes

aspectos de la acción, previsión de incidentes,

etc. Este análisis nos ha de permitir hacer,

con conocimiento de causa, una opción política

mediante la cual decidiremos quiénes son

nuestros aliados y quiénes nuestros adversarios

en el con
fl icto.

II - Elección del objetivo

En función del análisis de la situación, se habrá

de escoger el objetivo, a alcanzar mediante

la acción. La elección del objetivo es esencial.

De ella dependerá el éxito o el fracaso. Convendrá

escoger un objetivo concreto, limitado

y posible. En la elección de este objetivo se habrá

de tener en cuenta los derechos del adversario.

El objetivo ha de aparecer como una

contribución positiva para el futuro de toda la

comunidad.

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Una vez escogido el objetivo será necesario

concentrarse en desarrollar la voluntad de lucha,

analizando las diferentes alternativa que

se nos ofrecen (denunciar la insu
fi ciencia de

los métodos utilizados para tratar el problema,

posibilidad de desencadenamiento de violencia,

de provocar una situación incontrolable o

irracional, resultados previsibles de la campaña)

y ponerse en contacto con otras organizaciones

a
fi n de ver qué grupos y movimientos

simpatizan con nuestra idea.

También organizaremos un
fi chero de las personas

que pueden colaborar y les ofreceremos

un trabajo para hacer. Conseguir también la

neutralidad de grupos que inicialmente rechazan

nuestra acción.

Una vez escogida la acción, vayamos al lugar

donde se tiene que hacer y explorémoslo bien:

hace falta decidir exactamente qué es lo que

queremos y podemos hacer allí. A menudo, el

mismo lugar nos indicará la clase o tipo de acción

a realizar También puede ocurrir que ya

tengamos una acción concreta en torno a una

idea o una fecha de particular interés. La acción

deberá tener un mensaje muy claro tanto

por su efecto visual (para fotogra
fi ar o para

los transeúntes), como por la manera en que

pueden ser interpretadas por quienes la vean,

escuchen o lean a través de los medios de comunicación.

La prueba de la e
fi cacia de la ANV, es que la

gente se sitúa a favor nuestro. Entonces, nos

tenemos que preguntar, si somos capaces de

estimular el movimiento popular para nuestra

causa. Nuestra acción, ¿tiene algo de original

o único? No hace falta que lo tenga, pero si

lo tiene, llamará mucho la atención. ¿Quién

estará en la acción? ¿Pretendemos algo muy

amplio o más bien, un determinado punto de

vista o posición? ¿Corremos el riesgo de ser detenidos?

¿Cuál será la actitud de la policía?

¿Qué personas creemos que nos van a rodear?

¿Cuáles podrían ser sus reacciones?... La consideración

de todos estos puntos se hace muy

necesaria para determinar lo que pueda suceder

a los participantes y cómo será considerada

desde fuera.

Las consideraciones tienen que ser realistas

y susceptibles de ser aceptadas por el adversario;

por eso hace falta discernir entre lo que

desearíamos y lo que es posible. El éxito de

una acción no se encuentra asegurado más

que en el momento en el cual se obtiene lo que

se pide. Pedir lo imposible es ir al fracaso. Una

sola campaña de acción no será un poder su
fi

ciente para suprimir una injusticia está profundamente

arraigada en las estructuras y las

mentalidades. Harán falta otras acciones con

objetivos más ambiciosos... Conviene, por tanto,

decidir lo que se tiene que exigir en cada

momento, de manera que no se tenga que hacer

ninguna concesión en el transcurso de las

negociaciones. La estrategia de la ANV no es

una estrategia de concesiones mutuas. No se

trata de exigir lo imposible para conseguir lo

posible. Se trata de exigir lo posible y mantenerse

en esta exigencia hasta el
fi n, sin transigir

nunca, a menos que se tenga que hacer

justicia a una justa reivindicación del adversario.

Ill - Primeras

negociaciones

Conviene, cuanto antes mejor, entrar en relación

directa con el adversario, antes de llevar

al litigio de forma pública, con la
fi nalidad de

intentar todo lo posible para arreglar el con
fl icto

sin recurrir a la prueba de la fuerza. El clima

que se instaure en el momento de las primeras

negociaciones determinará en gran manera el

clima de todo el con
fl icto. Así como los argumentos

que den respuesta a las acusaciones

presentadas. Aunque se den pruebas de cortesía,

es más importante todavía dar prueba de

la mayor
fi rmeza y determinación.

A medida que se vayan conociendo nuevos

hechos y elementos, crearemos nuevas líneas

de conducta apropiadas a la situación.

Debe quedar bien claro que el movimiento no

se contentará en ningún momento con promesas,

sino que espera decisiones. Sólo aceptará

suspender la acción si hay un acuerdo de
fi nitivo

que ponga
fi n al confl icto.

Cuando las negociaciones se encuentren en

un «callejón sin salida», se tienen que suspender,

pero nunca se tienen que romper de
fi nitivamente,

ya que así el objetivo de la acción

directa puede ser la reapertura de las negociaciones.

Por lo tanto conviene que haya, a lo

largo de todo el con
fl icto, contactos continuos

con el adversario. En esta etapa es muy importante

tener bien informados de las negociaciones

a los compañeros de marcha.

IV - Llamada a la

opinión pública

Cuando fracasen las primeras negociaciones,

se ha de intentar hacer conocer la injusticia, a

la opinión pública mediante todos los medios

de que dispongamos. Hace falta organizar un

equipo de conferenciantes para dar charlas,

reuniones públicas, cines fórums, montajes

audiovisuales, representaciones de teatro, etc.

Sondearemos la opinión pública con encuestas.

Es muy importante conservar la iniciativa

de la información y velar para que el sentido de

la acción no sea deformado ni falseado.

Con la publicidad, trataremos de hacer tomar

conciencia a la gente de la injusticia y no de

darle mala conciencia. La mala conciencia paraliza

más de lo que moviliza.

Tendremos que esforzarnos en crear un dossier

de prensa, acompañado de comunicados

donde se expondrán las razones y los objetivos

de la acción. (Véase anexo 1 sobre la manera

de hacer una campaña de prensa). Se tratará

también de informar a los partidos, organizaciones,

grupos y personalidades susceptibles

de aportar su apoyo a la acción. A partir de

aquí, se podrán organizar siembras de octavillas,

pintadas, carteles, pósters y manifestaciones,

en las cuales se escogerán adecuadamente

los eslogans, para buscar las palabras

más ajustadas. La fuerza de atracción de las

palabras proviene de su exactitud y no de su

violencia.

En este apartado, podemos incluir los siguientes

tipos de acción de protesta:

Comunicados

La toma de posesión pública de un grupo o

diversas personalidades mediante un comunicado

dado a la prensa puede aportar un apoyo

inapreciable a una determinada reivindicación.

A pesar de todo, este método sólo será

e
fi caz si el texto del comunicado es sufi cientemente

fuerte y concreto como para que el hecho

de
fi rmarlo sea ya de por sí, un compromiso.

Mediante un comunicado se pide aquello,

se protesta por..., o se hace saber una actitud

determinada ante un hecho.

Peticiones

Organizar una petición consiste en recoger

cuantas más
fi rmas mejor bajo un determinado

texto, denunciando una injusticia y reclamando

una determinada solución. Este procedimiento

se revela e
fi caz cuando se consigue

recoger un número muy elevado de
fi rmas. De

todas maneras, sirve para hablar de ello durante

el transcurso de la recogida de
fi rmas

y establecer una discusión del tema a niveles

muy amplios. Recordemos el ejemplo de la recogida

de las 160.000
fi rmas pidiendo la amnistía.

Símbolos

Con frecuencia se utilizan adhesivos, pegatinas

y chapas para hacer publicidad de un

hecho, de un acto, o de una actitud o de un

tema concreto, los cuales pueden distribuirse

personalmente en un determinado círculo de

simpatizantes o bien pegados en los coches,

por las calles, en las cabinas telefónicas, metros,

trenes, etc. Sin embargo hay distintivos

que, por su incidencia, pueden constituir una

acción de importancia. Así, por ejemplo, muchos

de los obreros y funcionarios militarizados

de los servicios públicos, del mismo color y

con una «P» que quiere decir «parados en lugar

de la «M» de militarizado. Este símbolo hace

que la gente tome conciencia de su situación

de parado, hace crecer la solidaridad entre los

que lo llevan y recuerda que hay compañeros

militarizados. Es importante señalar que el diseño

de estos adhesivos debe ser claro y llamativo.

Cualquier observador a primera vista,

debe darse cuenta de su signi
fi cado, y además

debe gustarle estéticamente.

Pintadas

Está muy claro, que por ser uno de los medios

más utilizados, no es necesario dar normas ya

que todos sabemos cómo se hacen. De todas

maneras queremos hacer una observación.

No es necesario que las pintadas se limiten a

una sola frase. Pueden acompañarse de dibujos,

símbolos y además que le den una mayor

atracción. Por comodidad y rapidez sería bueno

utilizar un molde de cartulina con las letras

recortadas de modo que pintando encima el

texto quede marcado en la pared.

Octavillas

Aunque no es necesario que sean de lujo, no

son e
fi caces las octavillas mal hechas, sucias

e ilegibles. Para que un papel sea recogido

del suelo necesita tener atractivo, estar bien

presentado técnicamente, que el texto no sea

excesivamente «pan
fl etario» y que el planteamiento

sea claro. Esto es válido para pósters y

pancartas también. Siempre que posible vale

la pena dar las octavillas en malo.

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Pósters y pancartas

Deben ser fáciles de poner y difíciles de quitar

La imaginación ha de estar siempre por encima

de todo y ha de facilitarnos ideas creativas.

Lo que hicieron los vecinos de un barrio barcelonés

(Gracia) poniendo sábanas blancas en

los balcones con inscripciones alusivas al plan

comarcal es un ejemplo. Hay que procurar introducir

caricaturas y dibujos, pues de esta

manera es más atractivo para el observador.

Han de ponerse en lugares estratégicos: edi
fi -

cios altos, puentes y autopistas, árboles, monumentos,

etc... Una vez se colocó una pancarta

grandiosa en lo alto del Corte Inglés en

Barcelona. Inicialmente estaba enrollada y, a

medida que se iba desdoblando iban cayendo

miles de octavillas que estaban dentro de la

pancarta. En Bilbao y Málaga se han colocado

pancartas en los autobuses y trenes mediante

imanes. Estas son las «pancartas móviles».

Manifestaciones

Fundamentalmente, las manifestaciones

constituyen la expresión de un punto de vista.

El primer requisito es pues la existencia de

este punto de vista y que éste sea claro. La manifestación,

por sí misma no puede modi
fi car

las estructuras del poder. Su objetivo es el de

transmitir una idea o un sentimiento. Es un

paso más allá de la protesta verbal. Es esencial

que las mismas víctimas directas de las injusticias

sean las que participen en la manifestación.

Hay diferentes tipos de manifestaciones:

Marchas, des
fi les, con vehículos, etcétera.

Des
fi les

Si la manifestación no ha sido improvisada,

es decir, que tiene desde el principio un lugar

de salida y un punto de llegada se le denomina

des
fi le. Es pues el método más clásico de la

manifestación pública.

Con frecuencia se quiere desacreditar las

manifestaciones describiéndolas como desordenadas

y violentas. Para invalidar esta acusación

procuraremos dos cosas:

1. Pedir a los manifestantes que guarden silencio

o que canten en grupo. Ambos métodos

producen una gran impresión de unidad

y dignidad. A menudo, el vociferar eslogans y

hablar mucho da la impresión de desunión y

desorden.

2. Establecer un sistema de dirección y orden

e
fi caces (no siempre es posible). Ambas cosas

sirven para mantener la disciplina y la buena

moral de los manifestantes.

Manifestaciones con

vehículos

Los vehículos pueden acompañar a los manifestantes

de un des
fi le tocando el claxon o

inter
fi riendo el paso, bloqueando calles o prestando

auxilio a quien lo necesita para escapar

de un sitio peligroso. Si los vehículos forman

ellos mismos una verdadera manifestación podremos

considerarlo como una «obstrucción».

En Barcelona se hicieron diversas manifestaciones

con vehículos y con resultados muy

positivos: tocando el claxon los días 1 y 8 de

febrero, con motivo de la petición de amnistía,

etc... En determinadas circunstancias los vehículos

pueden encabezar las manifestaciones.

Marchas

Hablaremos de marcha cuando los manifestantes

recorren a pie una distancia larga de

ciudad a ciudad, dentro de una misma región

o incluso entre países diferentes.

Se diferencia de la manifestación tradicional,

en el hecho de que la marcha tiene un objetivo

simbólico, es decir, que empieza y acaba no

en cualquier sitio sino en lugares que tienen

una signi
fi cación directa con el objetivo de la

acción. Una manifestación tradicional suele

prescindir de este requisito, ya que su trayectoria

depende mayormente de la facilidad y de

la comodidad con que pueda desarrollarse.

El objetivo es sensibilizar la población de las

regiones por las que se pasa sobre el problema

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de la injusticia que se pretende denunciar o

del derecho que se reclama. Carteles y pancartas

con inscripciones sencillas y octavillas

dando más explicaciones han de permitir que

los espectadores estén informados de las razones

y los objetivos de la marcha. En cada

ciudad pueden organizarse reuniones públicas

para informar a los habitantes y con el
fi n de

promover un debate público sobre el problema

en cuestión.

Será útil tomar contacto con personalidades,

grupos y partidos de los lugares en donde se

pase. Igualmente, hay que intentar tomar contacto

con las autoridades locales para poder

hacer valer el punto de vista de los manifestantes.

Una marcha puede servir también para atraer

la atención sobre una acción que se hará al
fi -

nalizar la marcha. No es necesario que sean

siempre masivas. Puede hacerse con un grupo

reducido pero dispuesto a llegar al
fi nal.

La marcha más conocida es sin duda la de

«La sal» protagonizada por Gandhi, y que fue

decisiva para la liberación del pueblo hindú.

En nuestro país se han hecho varias. La primera,

fue quizás la marcha de Ginebra a Valencia

pidiendo la libertad de los objetores de

conciencia encarcelados (1971). En diciembre

de 1975, más de 2.000 trabajadores de Authi

hicieron una de 6 h., entre Corrales de Buelna

y Santander para llamar la atención sobre la

situación en que se encontraban (la empresa

quería rescindir el contrato laboral). El mes

de febrero de este año, diversos centenares de

trabajadores y jubilados de Segovia recorrieron

13 Km., solicitando el aumento de pensiones.

El 22 del mismo mes 12 personas hicieron

una marcha de Gerona a Figueras para pedir

la libertad de los objetores de conciencia detenidos

en el castillo militar de Figueras. Pax

Christi, por otro lado, convocó «Marxa de la Llibertat

» durante el verano 76 que recorrió todas

las comarcas de Catalunya para movilizar a su

gente en la lucha por la libertad, la amnistía y

los derechos del pueblo catalán.

Ayuno

El ayuno es un medio de presión moral y de

información que signi
fi ca la resolución de los

participantes de sufrir por la causa que sostienen.

Se diferencia de una huelga de hambre

en que ésta es una presión más directa sobre

el adversario. Es un método de intervención sicológica.

Huelgas de hambre

limitadas

La huelga de hambre limitada es una acción

pública, que, limitada a algunos días, entre 3 y

20, busca denunciar públicamente una injusticia

e informar a la opinión pública. Es una

acción de protesta que de por sí misma, no podrá

generalmente suprimir la injusticia, pero

puede tener, un impacto considerable sobre la

opinión pública, sobre todo si los protagonistas

son conocidos.

Hace falta no abusar de la huelga de hambre

ya que su multiplicación puede cansar a la

opinión pública y se desacreditará este medio

de lucha. La huelga de hambre requiere una

gran preparación psicológica y para hacerla

durar hace falta conocer una determinadas

técnicas de concentración, de meditación y de

relajación.

Cuando se haya terminado, conviene volver a

hacer propuestas concretas al adversario para

ver si se encuentra una solución negociada del

con
fl icto. La efi cacia de estos tipos de acción es

más grande cuando hay una relación personal

entre el practicante y el adversario. Gandhi la

considera como la más difícil de las técnicas.

Requiere, antes de hacerla, mucha re
fl exión,

ya que puede tener consecuencias imprevistas.

No se puede hacer en cualquier lugar. Ha de

ser un lugar tranquilo que no sea de paso.

Consejos prácticos:

1. Antes de la huelga:

— Ejercitarse. Ayunar unas cuantas veces 24

horas (un día a la semana, por ej.), después 48

horas.

— Abstenerse durante los 3 primeros días que

precedan a la huelga de tomar productos animales

(carne y pescados sobre todo), comiendo

especialmente cereales (pastas, sémolas), pan,

legumbres y fruta con un poco de queso.

2. Durante la huelga:

— Conocer las posibilidades de ciertas reacciones

fi
siológicas.

a) vómitos, cansancio y palpitaciones irregulares

durante los dos primeros días.

b) retención de las evacuaciones de vientre en

el segundo día.

— Mantener una actividad mínima tanto física

como intelectual. Lo esencial es pensar que

se está ayunando. No pensar en la comida.

— Se beberá agua pura.

3. Al terminar la huelga:

— El primer día, alimentación ligera, líquida

(agua de arroz, zumos de frutas).

— Después, volver muy poco a poco durante

los días siguientes, a la alimentación más

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substancial, no volviendo a tomar la alimentación

habitual sino después de un número de

días igual al de la duración de la huelga. No

quemar etapas.

4. Contraindicaciones:

— No pueden hacer huelga de hambre todas

aquellas personas que tengan enfermedades

agudas y los diabéticos. Las enfermedades

crónicas se ven, en cambio favorecidas por el

ayuno.

V - Transmisión del

ultimátum

Si fracasan los últimos intentos de negociación,

hará falta
fi jar al adversario un último

término, más allá del cual se dará la consigna

de pasar a la acción directa. El ultimátum

puede ser considerado como la última gestión

en vistas a un acuerdo negociado. De hecho,

la prueba de fuerza empieza con el ultimátum.

Este, en efecto, es más un medio de coacción

que no persuasión. Además el ultimátum es

una llamada a la opinión pública para invitarla

a movilizarse de cara a la acción, por eso,

conviene hacer público el texto del ultimátum.

VI - Acciones directas

Cuando han fracasado todos los medios de

persuasión, es importante poner en práctica

otros de coacción. Subrayemos, sin embargo,

que hace falta proseguir el esfuerzo de persuasión,

muy especialmente de cara a la opinión

pública. A pesar de todo, en este nivel del con
fl

icto, no se trata ya solamente de invitar a la

opinión pública a expresarse, sino de invitarla

a actuar. De todas maneras las manifestaciones

públicas no han de ser interrumpidas.

Cuando el con
fl icto se endurezca es de prever

que estas manifestaciones se prohibirán, y por

lo tanto se tendrá que medir la capacidad de los

resistentes de hacer frente a la represión. Tal

vez hará falta suspender una manifestación si

se ve venir que no se desarrollará sin provocar

graves desórdenes, lo cual desacreditaría

al movimiento. Convendrá entonces, reforzar

el encuadramiento y el servicio del orden de las

manifestaciones y, tal vez, limitar voluntariamente

el número de manifestaciones, pero no,

tratar de suspender las manifestaciones.

Acciones directas

de no-cooperación

Es importante que las acciones de no cooperación

propuestas estén al alcance de h mayoría.

Pedir cosas muy difíciles y arriesgadas, es

reservar la acción para una élite y obligar a los

otros a mantenerse apartados como simples

espectadores. Es pues esencia que puedan

participar cuantas más personas mejor. Esto

no quita que, en general siempre sea preferible

hacerla con poca gente preparada que no con

muchas personas llenas de dudas y poco dispuestas.

El entrenamiento es pues, esencial.

Estarse en casa (hartal)

Un hartal es un día de huelga general en que

se pide a toda la población que deje desiertos

todos los lugares de trabajo, las calles y lo lugares

de distracción y que se quede en casa

Este día, todas las actividades se han de parar:

los pueblos y las ciudades han de aparecer desérticos

y muertos.

Se puede hacer un hartal con la intención de

inaugurar una extensa campaña de acción directa.

Expresa en este caso la determinación

de un pueblo de llevar la lucha hasta que su:

derechos sean reconocidos y respetados. Mani
fi

esta su unidad y su capacidad de disciplina

voluntaria. El éxito de un hartal implica que

la población tenga una fuerte conciencia de

aquello que se juega en el con
fl icto y que haya

dado, ya, signos concretos de determinación.

El hartal puede igualmente presentarse como

una jornada de «duelo nacional» decidido por

la población con el
fi n de expresar sus sentimientos

de desaprobación hacia un hecho o

una política concreta.

Aparte del tremendo efecto que produce, es

de señalar, que es una acción sin riesgos ni

incidentes físicos.

Pueden hacerse también acciones semejantes

al hartal en escala más reducida. Así,

por ejemplo, y por motivos de la muerte por

la guardia civil de un joven, del País Vasco,

en 1975, toda la población de una ciudad de

aquél país se quedó en casa durante toda la

tarde. Las calles quedaron completamente desérticas.

¿Se necesita una prueba más clara de

los sentimientos de aquél pueblo?

En Granada, en Enero de este año, los comerciantes

se manifestaron en una ocasión

apagando las luces de los escaparates durante

todo un
fi n de semana. Las calles no quedaron

vacías, pero sí a oscuras, con lo cual toda la

población de Granada se enteró de sus reivindicaciones.

Devolución y rechazo de

títulos, condecoraciones

y cargos

La devolución o rechazo de títulos y conde
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coraciones no puede tener una in
fl uencia directa

en la relación de fuerzas presentes. Es

esencialmente un gesto simbólico aunque su

impacto sobre la opinión pública puede ser

considerable.

Si diversas personalidades destacadas (catedráticos,

escritores, obispos, etc.) decidiesen

en señal de protesta por la violación de un derecho

humano devolver condecoraciones cargos

y títulos recibidos, este gesto no tendría

solamente valor simbólico sino realmente político.

El escritor Camilo José Cela se negó a

ser presidente del Ateneo de Madrid y dejó de

escribir durante un tiempo en señal de protesta

contra la pena de muerte y la ejecución de

unos «terroristas».

Huelga

La huelga ilustra directamente el principio

de la no-cooperación. Los capitalistas deben

en gran parte su poder económico y social a

la cooperación de los obreros; es preciso que

éstos, cuando son víctimas de una explotación

por sus condiciones de trabajo, de salario, etc.,

cesen de cooperar, para obligar a sus adversarios

de clase a reconocer sus derechos.

La huelga puede ser general o simbólica.

Para que la huelga sea «general y total» requiere

la coordinación de todas las fuerzas

obreras, un elevado nivel de concientización

y, generalmente ha de ser la culminación de

un proceso reivindicativo de envergadura. La

huelga general y total es un arma poderosísima

—posiblemente la más grande— que puede

destrozar .o hundir a un dictador o a un régimen

entero. Siendo, precisamente tan importante,

no puede ser utilizada de cualquier manera.

Lo que no se puede hacer es convocarla

a menudo, sino únicamente cuando hay las

condiciones óptimas para hacerla. Mientras

no llegue este momento las huelgas han de ser

sectoriales o simbólicas.

La huelga al revés

Si lo que entendemos por huelga consiste en

no trabajar, la huelga al revés consiste, como

dice la palabra, en trabajar cuando no toca.

Esta táctica se utiliza, sobre todo en zonas

deprimidas, subdesarrolladas, o con grandes

porcentajes de paro. Consiste en realizar trabajos

necesarios para el pueblo y que el Estado

no quiere hacer, por olvido o por marginación.

Los que trabajan en una huelga al revés demuestran,

entonces al gobierno que hay cosas

para hacer, que si una zona está deprimida o

hay paro es porque los capitalistas no quieren

invertir dinero. Acabados estos trabajos, lo que

hay que hacer es organizar otros tipos de acción

directa para que el gobierno pague a los

trabajadores el trabajo que han realizado por

su cuenta. La huelga al revés ha sido practicada

varias veces por parte de los campesinos de

América Latina con resultados sorprendentes.

También fue empleada ejemplarmente por los

parados sicilianos, reparando, sin autorización

una carretera (1956), ocupando y cultivando

tierras abandonadas por los terratenientes y

regando otras tierras olvidadas por el Estado

italiano.

El año pasado los aceituneros de Málaga recogieron

las aceitunas de la recolección puesto

que los propietarios no lo querían hacer, porque

decían que no era rentable. Los campesinos

decidieron hacerlo por su cuenta y riesgo.

Ante la negativa y oposición de los propietarios

fue establecido un pleito, que acabó concediendo

el permiso a los campesinos para

que recogiesen y distribuyesen los productos

abandonados.

Boicot económico

El principio del boicot es el mismo principio

de la no-cooperación. Los propietarios de una

empresa comercial deben su riqueza a la cooperación

de sus clientes. El boicot consiste,

por ejemplo, cuando los propietarios se niegan

a satisfacer una reivindicación esencial del

personal, a retirarle el bene
fi cio de esta cooperación

con la
fi nalidad de ejercer sobre ellos

una presión social que les obligue a ceder. El

poder de compra de los consumidores se convierte

entonces, en un verdadero poder social

que se opone al poder del adversario. Claro está

que el boicot sólo tendrá éxito si un porcentaje

elevado de la población se une al movimiento.

para conseguirlo es esencial que el objetivo sea

particularmente claro y concreto.

Un boicot ejemplar fue el llevado contra los

autobuses de Montgomery, en 1955-56 por

parte de los negros de Alabama (EUA). Tuvo

como resultados la supresión de la segregación

en los autobuses y produjo una toma

de conciencia entre los negros. Los chicanos

(americanos de origen mejicano) organizaron

un boicot a la uva de California que ellos recogían,

para presionar una alza de salarios y

una mejora de las condiciones de trabajo. Este

boicot tuvo un cariz internacional. Las compañías

propietarias tuvieron que ceder ante las

reivindicaciones.

En nuestro país son célebres los boicots a los

tranvías de Barcelona en los años cincuenta

para protestar contra el alza de precio de los

billetes, y el boicot a «La Vanguardia» dirigida

por Gallinsoga, rabioso despreciador de todo lo

que sea catalán.

En Andalucía se ha hecho recientemente un

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boicot a los productos no andaluces. Generalmente

se hace así: un grupo de 40 ó 50 personas,

iban por todos los supermercados de

una ciudad pidiendo unos determinados productos

(todos ellos fabricados en Andalucía).

Si no los tenían no compraban nada y hacían

constar que era porque no tenían productos

de su tierra. Está claro que si esta táctica se

constituyese en costumbre, los propietarios de

supermercados y tiendas no tendían otro remedio

que comprar productos andaluces para

vender con normalidad. Otro tipo de boicot que

se utiliza corrientemente es el de la publicidad

en los cines. Se trata simplemente de aplaudir

y hablar mientras se proyectan anuncios.

El boicot, aparte de su e
fi cacia cuando se

lleva hasta el
fi n, tiene muchas ventajas: no

ofrece ningún riesgo, puede ser practicado por

todo el mundo, es anónimo, promueve la solidaridad

y minimiza la violencia.

Boicot social

Podemos decir que se trata del boicot a las

personas, el ostracismo. Se trata generalmente

de romper las relaciones, de rehusar todo

servicio de aquéllas que colaboren con la injusticia

que pretendemos combatir. Esta acción

ha de ser utilizada por precaución, ya que

fácilmente, puede degenerar y convertirse en

manifestación de odio y de desprecio. El boicot

social puede ser utilizado de distintas formas:

desde boicotear encuentros o
fi ciales, a manifestaciones

deportivas. No acudir a las clases

de determinados profesores, etc.

Rechazo al impuesto.

Huelga de alquileres y

recibos. Rechazo a los

pagos

El rechazo a pagar un impuesto es una variante

del boicot económico. Es una táctica radical,

que antes se utilizaba a menudo. Puede

explicarse parcialmente reteniendo, por ejemplo,

las tasas escolares. El dinero no pagado

puede destinarse al mantenimiento de otras

acciones. Las represalias como consecuencia

de esta acción pueden ser fuertes, pero la fuerza

de la llamada moral que implica ha asegurado

la e
fi cacia del rechazo al impuesto para

muchas campanas de acción.

Puede tener una verdadera dimensión revolucionaria.

Recordemos el rechazo de los colonos

americanos del siglo XVIII a someterse a la

«Stamp Act» (papel timbrado) y al «Townshend

Act» (impuestos sobre las importaciones) impuestos

por la metrópoli, desencadenó todo el

movimiento independentista.

Pero conviene precisar, que la negativa a pagar

el impuesto no se puede justi
fi car por una

oposición al mismo principio del impuesto. No

solamente es legítimo (el impuesto), sino que

es necesario que los miembros de una comunidad

participen en el
fi nanciamiento de las

realizaciones de su comunidad. El pago del

impuesto es el ejercicio práctico de la solidaridad

que ha de unir todos los miembros de una

misma comunidad.

La negativa a pagar todo o parte del impuesto

puede entenderse desde dos perspectivas

distintas. Puede tratarse en primer lugar, de

hacer cesar una injusticia de la que uno mismo

es la víctima, por ejemplo, unos impuestos

marcan categoría social, o un sector de actividad

de manera abusiva, es legítimo a los que

son víctimas de este abuso negarse a pagar estos

impuestos, con la
fi nalidad de obligar al

gobierno a hacer justicia.

En segundo lugar, se puede tratar de oponerse

a una decisión injusta del gobierno, no

aceptando que el
fi nanciamiento de esta injusticia

sea alimentado por el propio bolsillo,

y poniendo en práctica todo lo que sea posible

para obligar al gobierno a desistir de esta decisión.

Las personas que quieran hacer alguna

vez esta acción han de estar dispuestas a llegar

hasta el
fi n.

De hecho no es necesario que el rechazo sea

estrictamente a un determinado impuesto. A

veces se trata de rechazar unos recibos excesivos,

o unos alquileres...

En el verano del 74, la mayoría de los abonados

de FECSA en La Ametlla de Mar se negaron

a pagar los recibos de la luz como protesta por

la posible construcción de dos centrales nucleares.

Más recientemente, los transportistas

dejaron de pagar el impuesto de circulación en

señal de protesta por el excesivo aumento de

este impuesto.

Objeción de conciencia

La objeción de conciencia es la actitud de

quien se niega a obedecer una orden, una ley,

sin examinar previamente su legitimidad; pretende

comportarse de acuerdo con su conciencia

y no según un sistema de pensamiento de
fi

nido de una vez para siempre.

La actitud de objeción de conciencia más extendida

es la que hace referencia al servicio

militar.

En este sentido, y dejando aparte la actitud

de los testigos de Jehová, la objeción de

conciencia (OC) al servicio militar puede considerarse

desde dos perspectivas. En primer

lugar, puede tratarse por parte de los que están

convencidos de la e
fi cacia de los métodos

noviolentos en caso de agresión extranjera, de

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reivindicar el derecho a ser reconocidos como

ciudadano de pleno derecho. Ya no es admisible

que los Estados impongan a todos los ciudadanos

el instrumento de la violencia como

único medio de asumir sus responsabilidades

cívicas en caso de con
fl icto internacional. En

segundo lugar la OC puede ser utilizada como

una forma de oponerse a la política del gobierno

en un lugar determinado, sobre todo cuando

el papel llevado a cabo por el ejército para

poner en práctica esta política es de primera

importancia. En este caso la OC es un método

noviolento utilizado para combatir una política

concreta, pero no implica, como en el caso

anterior, una opción fundamental por la noviolencia.

Huelga de hambre

La huelga de hambre ilimitada no tiene ya

por objetivo —como en el caso de la limitada—

protestar contra una injusticia. Los que la

emprenden pretenden continuarla hasta quo

hayan conseguido lo que piden, es decir, hasta

que la injusticia que se denuncia haya sido

suprimida.

Por su gravedad, la huelga de hambre ilimitada

ha de cumplir unas condiciones y unos

criterios determinados. Es preciso, especialmente,

que los que la hacen hayan optado,

antes, por otras acciones más suaves y que

el adversario se haya negado a escuchar o a

atender las peticiones anteriores. Una huelga

de hambre ilimitada ha de ser por motivos graves

y después de verse que el objetivo se puede

conseguir dentro del plazo de duración de

la huelga. La ilimitada no puede ser un acto

de desesperación, sino de re
fl exión, de presión

y al mismo tiempo posibilista. De otra manera

sería suicida, aunque fuese para llamarla

atención pública (recuérdese la inmolación de

los budistas vietnamitas). Pensemos que todo

aquel que emprende esta acción se arriesga a

morir, y el que decide correr este riesgo voluntariamente

ha de asumir la responsabilidad

hasta las más extremas consecuencias.

Sería chantaje inadmisible hacer presión

sobre el adversario amenazándolo de hacerlo

responsable de la posible muerte del protagonista

de la huelga. Las únicas responsabilidades

que le han de ser atribuidas a lo largo de la

huelga son las que tiene efectivamente cuando

la injusticia es denunciada.

Para que el objetivo pueda ser conseguido en

un plazo breve, la opinión pública debe estar

ya sensibilizada sobre la injusticia que se denuncia.

La huelga del hambre ilimitada ejerce

entonces un papel de catalizador que moviliza

energías populares que, hasta el momento,

habían quedado escondidas. Gandhi decía que

era más conveniente ayunar contra los amigos

que contra los enemigos.

La presión que ha de ser decisiva para conseguir

el objetivo no ha de ser la de la huelga

del hambre, sino aquélla que la ha suscitado.

Cuando Xirinachs hizo la huelga de hambre de

21 días el año 70, no lo hacía solamente para

protestar contra una decisión del gobierno. El

objetivo era también cristalizar y presionar a

la oposición para que se uniera y alertara al

pueblo catalán para que asumiera sus responsabilidades

como nación. Esto requiere la solidaridad

y cooperación de diversos grupos para

que hagan extensibles a todos los niveles las

pretensiones de la huelga.

Como un triunfo de la huelga recordaremos

que fue gracias a una huelga del hambre a

muerte, como Louis Lecoin, que entonces tenía

74 años, consiguió obtener el reconocimiento

legal en Francia del derecho a la objeción de

conciencia, el año 1962.

acciones directas

de intervención

Si la manifestación es una confrontación directa

con el público y uno ha de esforzarse

para unirlo a la causa para que haga su
fi ciente

presión como para provocar el cambio buscado,

si la acción de no cooperación tiene como

objetivo cortar las fuentes del poder del adver
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sario y obligarlo así a satisfacer las reivindicaciones

que le son presentadas, la intervención

noviolenta es una confrontación directa

con el adversario, que se verá situado delante

de hechos consumados, y el enfrentamiento

es inevitable. La intervención provoca desgraciadamente

las represalias y la represión, por

lo que los riesgos han de ser cuidadosamente

calculados.

Revolución divertida

La mayor parte de las acciones que comentaremos

a continuación, si se hacen con originalidad

y preparación, pueden causar un gran

impacto entre el pueblo, no solamente por los

resultados, sino por su propia calidad. Pueden

incluso resultar divertidas, agradables de hacer

y observar. Esto no es ninguna teoría. Es

un factor de primerísima importancia de cara

a la acción. La REVOLUCION DIVERTIDA pretende

ser esto. ¿Recordáis la acción de las gallinas

en las Ramblas de Barcelona? Analizad

los resultados: se hace difusión de la idea de

la amnistía, la gente se para y lo mira con interés

y curiosidad (más que un cartel o una

octavilla), el hecho resulta simpático, la idea

se multiplica y salen gallinas en otras poblaciones,

las fuerzas del orden lo pasan muy mal

para cogerlas y resulta de un ridículo que es

«demasié»...

La Revolución Divertida no puede clasi
fi carse

en ningún apartado ni las acciones que la

componen pueden ser enumeradas en un orden.

Sus posibilidades son ilimitadas, siempre

que haya IMAGINACION, DECISION y... buen

humor.

Además tiene que tener una gran componente

de originalidad. Más ejemplos: El día de Reyes

de este año, en Zaragoza, varias estatuas de la

ciudad fueron vestidas con camisetas pidiendo

amnistía. Por la cabalgata de Reyes en Calella

aparecieron gran cantidad de globos pidiéndola

también. En marzo, en el metro de Plaza Cataluña,

aparecieron más de 60 globos de colores

de los cuales colgaban pancartas pidiendo

libertad para los objetores de conciencia. El 27

de enero en la plaza Universidad, aparecieron

cajas de cartón que formaban un monumento

parecido al que existía antes de la guerra en

memoria del Doctor Robert. En muchos barrios

de Barcelona, carentes de señalización, a

veces han aparecido semáforos de cartón. En

Sarriá hay una plaza sin árboles y la juventud

plantó un árbol simbólico y cambiaron el nombre

de la plaza por el de «la plaza del árbol».

El mes de abril los vecinos de Hospitalet protestaron

contra el ruido de la factoría de Altos

Hornos de Cataluña haciendo una estridente

silbada, que duró 2/4 de hora. «Todo Dios» se

enteró. En San Baudilio, en el barrio de Casablanca,

para protestar contra el despido de un

profesor de una escuela, todos los profesores

y alumnos se llevaron las mesas, pizarras, sillas

y libros a un descampado para dar allí las

clases, hasta que la Dirección de la escuela no

reconsidere su posición... Como éstos, podríamos

dar miles de ejemplos. ¡La imaginación a

la calle!

Confraternización

Esta acción consiste en salir y hablar con el

adversario o con las fuerzas del orden e intentar

convencerlos de que nuestra causa es justa.

Esta práctica no es fácil pero a veces ha

sido muy útil.

Happening

El happening es, sin duda, el componente

principal de la revolución divertida. Es un elemento

comunicativo nacido en la época hippy

de los años 60 y utilizado por la mayor parte

de los grupos radicales y contraculturales europeos.

Originariamente se trataba de espectáculos

mediante los cuales los actores se proponían

terminar con el divorcio entre ellos y el

público. El happening transformaba el espectáculo

clásico y tradicional en una
fi esta llena

de fantasía e imaginación, más que de ideas

hechas y raciocinios.

Poco a poco el happening se convirtió en un

espectáculo callejero en el que se mostraba,

por un lado, las contradicciones del sistema

burgués y capitalista y, por otro, las in
fi nitas

posibilidades de establecer una comunicación

con el pueblo utilizando la expresión directa.

El happening puede ser, simplemente, un espectáculo

folklórico, sin «gancho» y sin ninguna

intención (una payasada). Pero bien realizado,

es uno de los instrumentos más e
fi caces

para hacer comprender una idea al público a

través de la ironía y de la parodia. Miremos

algunos ejemplos de happenings que se han

hecho en nuestro país. En julio del 74, los vecinos

del Carmelo (barrio de Barcelona), para

protestar contra la falta de transportes en el

barrio, organizaron el «I Gran Cross del Carmelo

», que consistía en subir a pie y corriendo

las calles que iban hasta la cima de la montaña

del barrio. Este Cross iba acompañado

de una banda de música y otros ingredientes

que hicieron muy simpática la acción. A causa

de todo este montaje, la respuesta popular

fue masiva. En junio de 1975, en Bellvitge se

celebró la construcción de un Instituto de Enseñanza

«de cartón» en el sitio donde se había

previsto la construcción del verdadero desde

hacía mucho tiempo. En noviembre del 73 los

estudiantes de la Autónoma de Barcelona organizaron

un «pic-nic» en el campus de la Universidad,

con tiendas de campaña, mesas de

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camping, etc. En junio del 72 dos jóvenes que

paseaban por Valencia en bicicleta y llevando

la cara cubierta con caretas de anti-gas, con

batas blancas de las cuales colgaban unos carteles

que decían: «Polución, AGGG.. En marzo

del 75, los vecinos de la Sagrera y San Andrés

(barrios de Barcelona) participaron en la colocación

de una maqueta de cartón que representaba

un colegio que el Ayuntamiento había

previsto construir y que nunca edi
fi caba;

antes se hizo un pasacalle por el barrio, con

pancartas, caballos y carros. Después se organizaron

carreras de sacos para los niños y un

concurso de maquetas para la futura escuela,

canciones, etc.

Los vecinos de Sarriá, por su lado y también

en marzo del 75, hicieron un des
fi le por el barrio

envueltos en cajas de cartón. Cada caja representaba

uno de los edi
fi cios del barrio que

están en peligro de desaparición a causa de la

especulación. Otra caja tenía forma de excavadora

y chocaba contra las otras, otra pedía la

dimisión del concejal, etc. Además iban gigantes

y cabezudos y el correspondiente pasacalle.

En julio del 75 los vecinos de Colonia la Paz,

de Madrid, organizaron un concurso de captura

de ratas, bajo el lema «Mátame una rata, por

favor», para protestar contra las malas condiciones

sanitarias de la zona. A
fi nales del 75

en el barrio bilbaíno de SANTUTXU se organizaron

una cacería de ratas y cuando hubieron

cazado una buena cantidad las llevaron al

Ayuntamiento en varias carretillas para hacer

allí entrega de lo cazado.

Los actores de teatro se han manifestado alguna

vez por las Ramblas de Barcelona vestidos

de novios simbolizando la boda entre la

«censura» y el arte. Mientras se paseaban iban

gritando «Viva la censura» y cosas parecidas,

con bastante ironía como para el público que

lo observaba se diese cuenta de por dónde iban

los tiros.

Teatro de calle

El teatro de calle es un happening más completo

que consiste en representar al aire libre y

de forma espontánea (no se anuncia con anterioridad)

una obra corta de teatro o un «sketch»

(puede durar sólo un minuto) sobre un tema

que se quiere discutir entre el público que lo

observa. Es una provocación a la discusión.

Un claro ejemplo es el que realizaron por los

últimos días del año pasado unos grupos paci
fi

stas alemanes en Berlín. El tema a representar:

Chile y Pinochet. La representación se desarrolló

así: Un chico paseaba tranquilamente

por una calle muy transitada de la ciudad

cuando, de repente, se le acercan tres chicos

vestidos de soldados, con escopetas «de pega» y

lo detienen. Lo llevan hacia la pared de la calle,

le ponen las esposas, una venda en los ojos y

le dicen que lo van a fusilar. Los «soldados»

apartan a la gente del lugar del fusilamiento,

se preparan en la posición de rigor y disparan

unos tiros. El detenido cae muerto. Los «soldados

» lo cogen, lo incorporan, lo sientan en

una silla colocada encima de un entarimado y

le ponen un cartel en el pecho que dice «Muerto

por los soldados de Pinochet». Por supuesto

hubo quien pensó que lo mataban de verdad y

se puso a chillar. El conjunto es impresionante.

Después de la «representación», los actores

repartieron información sobre la situación de

los detenidos en Chile.

Vigilia, Velada, piquete

La vigilia es una acción de comunicación que

consiste en quedarse en un mismo lugar en

señal de protesta. Es como una manifestación

inmóvil. Requiere mucha persistencia, ya que

tanto puede durar dos días como dos años. Si

la vigilia dura poco tiempo, recibe el nombre

de piquete.

Las vigilias pueden ser individuales o colectivas.

Generalmente conviene hacerlas en silencio.

No tiene que haber protagonistas ni

personalismos. Es una acción conjunta y cohesionada.

Puede hacerse de forma circular o

en línea recta, procurando siempre no molestar

el trá
fi co. Esta acción tiene un gran efecto

visual, y por eso se tendrá que vigilar la conveniencia

de ampliar o reducir el lugar para darle

más vistosidad.

Aparte del silencio, hace falta mucha compostura.

Hace falta que sea una acción seria.

Los que la hacen pueden ir acompañados de

personas que expliquen a la gente que lo pregunte

el signi
fi cado de la acción. Se tiene que

procurar no fumar y no distraerse, observar a

la gente, no a las nubes. De tanto en cuanto se

puede variar la formación de los «vigilantes». Si

se está normalmente en línea, puede hacerse

un círculo durante un rato. En la vigilia, más

que el número de participantes, lo que importa

es la calidad de la acción.

Los «captaires de la pau» están haciendo una

acción de este tipo. Desde el día de Navidad de

1975, permaneciendo todo el día ante la Cárcel

Modelo de Barcelona, para señalar la necesidad

de la amnistía. Dos trabajadores de ELSA,

del Bajo Llobregat, empezaron una vigilia enfrente

de la puerta de su empresa, de donde

habían sido despedidos durante la huelga que

llevaban a cabo durante algunos días, con la

intención de manifestar públicamente su deseo

de reincorporarse al trabajo. El ejemplo se

extendió y al cabo de unos días, diversos trabajadores

despedidos de CORBERO, TUBAU
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TO, DENTEX y P. CERVERA se colocaron delante

de la puerta de la empresa en la misma

actitud.

Cantada

La cantada consiste en «cantar las cuarenta»

a un personaje público denunciando la inmoralidad

de su actitud ante un problema determinado.

Es una acción dirigida únicamente

a una persona. Esta denuncia puede hacerse

encartelándose, en una vigilia, etc.; para hacerlo,

es indispensable tener un equipo de personas

dispuestas a continuar la acción, en el

caso de que el primero sea detenido. De esta

manera el personaje denunciado se verá obligado

a ir encarcelando continuamente a los

«relevos» con lo cual dará una triste imagen de

cara a la opinión pública. Si los que hacen la

acción son muchos pueden acabar ganando y

quedar,
fi nalmente, impunes, ya que la autoridad

puesta en entredicho habrá de
fi jar un

límite a su desprestigio.

Gandhi ponía en práctica una acción parecida

que se llamaba «Hauting» y que consistía

en «perseguir» a un personaje público «no

deseado» por el pueblo. Cuando esta persona

salía a la calle se encontraba con un grupo

de personas, que, lo iban siguiendo por todas

partes, fuera al trabajo, al cine, a casa de un

amigo, o a donde fuera. Los seguidores se iban

turnando. Finalmente la persona perseguida,

cambiaba de actitud, se quedaba todo el día en

casa, o le daba la histeria o la neura...

Encartelados

Encartelarse consiste en ponerse un cartel

delante del pecho y otro en la espalda unidos

por un cordel. En los carteles hay un mensaje

que puede ser una frase, una palabra, o un

dibujo.

Esta manera de manifestarse ha sido empleada

particularmente durante ocho años por los

objetores de conciencia. Tiene mucho más impacto

si se hace en grupo con textos diferentes

(sobre un mismo tema) y guardando una distancia

prudente entre cada uno para no obstaculizar

la lectura al cartel del que viene detrás.

Si es posible se recomienda, ir vestido de una

manera simbólica; así, para protestar contra

la detención de objetores, los encartelamientos

se suelen hacer con el clásico vestido de rayas

del prisionero. El impacto es mucho más fuerte,

es de vital importancia que las frases que se

pongan en los carteles se escojan con mucha

atención. No se trata de poner las que más nos

gustarían a nosotros, sino las que puedan tener

más incidencia en aquéllos que las lean. El

encartelamiento se ha de hacer con seriedad y

se ha de andar despacio sin huir de la responsabilidad

de su acción.

Encadenamientos

Tal como indica la palabra se trata de encadenarse

(con una cadena fuerte) en un lugar

donde circule mucha gente. El encadenamiento

llevará un cartel donde explicará qué pide

o de qué protesta. El encadenamiento se hace

para dar más vistosidad a la acción y para di
fi

cultar la detención. Es pues, un paso más

arriesgado que el encartelamiento, ya que aquí

se está dispuesto a la detención. El encadenamiento

se ha de efectuar en un lugar elevado

(encima de una cabina telefónica), un estanco,

un banco, un palo, ... para que pueda ser visto

por la mayoría de la gente. Si es colectivo, los

encadenados pueden ir atados, también, entre

ellos.

Generalmente la cadena tiene un signi
fi cado

simbólico que representa el encarcelamiento

de alguna persona. Para dar más impacto, los

encadenados han de procurar repartir octavillas

explicativas. Si no pueden hacerlo, pueden

ir acompañados de otras personas con esta

misión.

«Sentadas»

La «sentada» es una manifestación de gente

en un lugar público. Este método puede ser

utilizado también por los participantes de una

manifestación cuando tropiezan con la policía.

Permite entonces efectuar una ocupación del

terreno, que resulta muy difícil de «limpiar» y

se consigue alargar la manifestación. En este

momento pueden ocurrir dos cosas: 1) que las

fuerzas de la policía retrocedan y decidan no

cargar sobre una masa silenciosa de gente,

cuya única culpa es la de permanecer sentada

en la calle. 2) que las fuerzas del orden ataquen.

En los dos casos se trata de medir el riesgo

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que se corre a partir del clima político y social

en el cual se desarrolla la manifestación. Si se

toma la decisión de llegar hasta el
fi n es conveniente

que las primeras
fi las de manifestantes

estén preparadas, psicológica y técnicamente

(se trata sobre todo de protegerse la nuca con

las manos) si la policía no logra dispersar la

manifestación por la violencia se ve obligada a

llevarse uno a uno todos los manifestantes. Se

trata entonces, de rehusar toda cooperación

con la detención, haciéndose el muerto mediante

la técnica del estómago caigo.

No es preciso que las sentadas se hagan en la

calle. Pueden hacerse en sitios cerrados públicos,

como cines, bares, ayuntamientos, etc...

Generalmente la sentada es el complemento de

otra acción. Se han de hacer con riguroso silencio,

sin responder a las agresiones, sin reír

ni gritar, y con amabilidad... No han de obstaculizar

el paso a nadie porque entonces se

trataría de una «obstrucción». Las «sentadas»

no se han de hacer en cualquier sitio, sino en

locales que son propiedad del adversario, con

la
fi nalidad de imponerse a él como interlocutores

y obligarle a negociar. Durante una huelga

obrera, por ejemplo, este método consistirá

en ocupar pací
fi camente los despachos de los

patrones.

En Granada en abril del 75, un centenar de

personas hicieron una «sentada» muy curiosa:

fueron a un bar de una calle transitada.

Se sentaron y pidieron, cada uno una cerveza.

Servidas las cien cervezas, nadie la tomó. Los

cien permanecieron sentados con serenidad y

en silencio y con los brazos cruzados, la gente,

evidentemente se preguntaba qué pasaba y un

grupo aparte explicaba que era una acción de

protesta contra el paro existente en la provincia.

Fue muy espectacular.

Estar de pie (stand-in)

Es la ocupación de un lugar, permaneciendo

de pie. Se hace particularmente en lugares

donde la gente suele estar sentada (espectáculos),

iglesias, etc...)

Ocupación móvil

Consiste en moverse constantemente en un

lugar ocupado, generalmente siguiendo un circuito

fi
jado con anterioridad. Esto permite dar

la impresión de que des
fi lan numerosos manifestantes.

Es un remedio para cuando se hace

difícil hacer una manifestación convencional.

Interferencia

Es el acto de interponerse entre dos cosas.

Consiste en hacer de pantalla entre dos personas

que se pelean (de un policía y un manifestante,

por ejemplo) o ponerse delante de

una excavadora o de un jeep para detenerlo.

Es una acción muy arriesgada, de situaciones

límites y que requiere mucha seguridad en sí

mismo.

Obstrucción

Es parecida a la interferencia pero, así como

la anterior es una acción de disuasión efectuada

por un número reducido de personas, la

acción de obstrucción supone una acción de

masas capaz de bloquear materialmente las

fuerzas del adversario.

La obstrucción consiste en impedir la libre

circulación por la vía Pública haciendo del

propio cuerpo un obstáculo inevitable para el

que quiera pasar Se puede utilizar la obstrucción,

entre otras cosas, para obtener el paro

y la inmovilización de vehículos, para impedir

una construcción no deseada, para di
fi cultad

la entrada de un lugar determinado, etc... Últimamente

se han utilizado otros procedimientos

de obstrucción utilizando o no el cuerpo,

sino los vehículos, ya sean coches, tractores

o camiones. Aquí el objetivo no es solamente

di
fi cultar los desplazamientos del adversario o

hacer imposible la cooperación con él, sino impedir

simplemente el trá
fi co con la fi nalidad de

crear la ocasión que permita dar a conocer la

injusticia ante la opinión pública.

Un ejemplo de obstrucción es la acción que

se hizo por 10.000 japoneses en 1956, que

ocuparon un lugar previsto para construir una

base americana. Después de algunos días de

obstrucción, los planes de construcción de la

base fueron abandonados.

Una acción de obstrucción que utilizaban a

menudo los grupos de M. Luther King, consistía

en que un grupo al menos de 100 personas

negras iban a un supermercado en el cual se

practicaba la segregación racial. Al entrar todos

al mismo tiempo no se lo podían impedir.

Cada uno de ellos cogía un carrito de compra

y se dedicaba a pasear todo el rato dando vueltas

por el súper, pero sin comprar nada. Todos

hacían igual. Aquél día no vendían ni por el

valor de un duro.

En España, en alguna ocasión se han hecho

acciones parecidas para protestar contra la excesiva

alza de los precios de algunos productos.

Un número considerable de personas van

a un supermercado (casi ocupándolo), cogen

los carritos de compras y los llenan de comida

hasta el máximo. Después se dirigen hacia

la caja, dejan el carro lleno y se marchan

tan frescos, sin comprar nada. Todos hacen lo

mismo. Total: Todos los carros llenos de comida,

no vendían nada y les daban un trabajo

tremendo.

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En la R.F. Alemana unos cuantos miles de

personas se concentran regularmente en

Whyl, población en la cual se quería construir

una central nuclear. A parte de las concentraciones,

diversas docenas de personas han improvisado

unos habitáculos de madera y latón

en el lugar justo donde se pensaba instalar la

central. Después de unos años de insistencia

han conseguido que la central no se construya.

En España, los habitantes de Valencia de

D. Juan, población donde se quiere construir

una central nuclear, ocuparon León con tractores

en señal de protesta, parecido a lo que

los habitantes de Larzaç hicieron en París (éstos

con tractores y ovejas ocuparon la torre Eiffel).

En Barcelona, los vecinos del barrio de

la prosperidad han estado ocupando diversos

días las calles y han bloqueado el tránsito en

protesta por la falta de semáforos que regulen

lugares peligrosos.

Encierros

Consisten en encerrarse un grupo de gente,

en algún lugar. Para que sea efectivo depende,

especialmente, de dos factores: el número de

gente que la haga, y del apoyo exterior. Este

ha de preparar con un buen equipo de prensa

y difusión. Lo que se pide en el encierro ha

de ser objetivo, concreto y limitado, factible

de conseguir en corto plazo. Si no, tiene poca

fuerza. Tiene más fuerza, también cuando los

que la hacen pertenecen a un mismo cuerpo

ya sea profesional o laboral.

Ocupación de lugares

públicos

Es una obstrucción en un lugar público sin

obstaculizar el paso. El efecto depende del número

de participantes. El primero de abril de

este año los jubilados de Barcelona ocuparon

el Instituto Nacional de Previsión en señal de

protesta por las bajas pensiones que reciben.

En mayo del 75 centenares de personas ocuparon

la playa de Badalona con pancartas, para

protestar contra la construcción de un puerto

deportivo.

Comportamiento social

anticipado

Es la realización parcial e inmediata del objetivo

buscado. Es parecido a la huelga pero

al revés, aunque esta acción sólo quiere hacer

una obra que el Estado no está dispuesto a

realizar sin pedir retribución a cambio. Muchas

tentativas de autogestión pueden considerarse

dentro de esta categoría. En Can Serra,

por ejemplo, un día los vecinos rompieron

una pared que cercaba un solar que el barrio

reivindicaba como suyo, con la intención de

construir un jardín. En el barrio de Horta los

vecinos también hicieron por su cuenta la limpieza

de un solar abandonado y lo acondicionaron

como parque público.

En un barrio de Sta. Coloma que estaba incomunicado

al no disponer de servicios de

transporte, la compañía de autobuses se negaba

sistemáticamente a establecer una línea diciendo

que estos vehículos no tenían su
fi ciente

fuerza para subir las pendientes del barrio. Un

día los vecinos secuestraron unos cuantos autobuses

y los hicieron subir hasta la cima del

barrio, demostrando que podían llegar y que

si la compañía no quería ponerlos en servicio,

era por intereses económicos.

Solicitud para entrar

en prisión

Es una acción desconcertante para el poder

que usa el miedo a la policía y a la cárcel. Es

un medio e
fi caz para concienciar a la opinión

pública.

Hecho en pequeña escala es un simbolismo,

a no ser que lo hagan determinadas personalidades

de gran in
fl uencia o incidencia en la

vida del país (obispos, procuradores, políticos

dirigentes de partidos, etc.).

Practicada en gran escala tendría unos efectos

realmente sorprendentes.

La marcha de Ginebra a Valencia, en el año

1971, tenía como objetivo
fi nal pedir a las autoridades

españolas que encarcelaran a todos

los participantes (más de 600) en Valencia,

donde estaba detenido el objetor de conciencia

Pepe Beúnza.

Desobediencia al Poder

Más que una acción se trata de una estrategia.

Puede tomar diversas con
fi guraciones:

rechazar la identidad, falsa identidad, objeción

de conciencia, etc. Cuando lo hacen los

funcionarios, la estructura burocrática de un

país puede desvanecerse muy rápidamente.

Xirinacs es un ejemplo de actitud constante de

desobediencia al poder.

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Ignorar al poder

Es una actitud que escogió el parlamento

Húngaro frente a la monarquía austríaca en

el siglo XIX, desobedeciendo deliberadamente.

Los checoslovacos siguieron una actitud similar

con las autoridades soviéticas, aunque

sin perseverar en su actitud y sin entrenamiento.

El «boicot a unas elecciones» tiene un gran

valor para rechazar una parodia de democracia

y constituye una gran incomodidad para el

poder.

Usurpación civil

En vez de abandonar el lugar de trabajo y cesar

toda actividad, puede ser más e
fi caz para

poner en jaque el sistema, atacarlo desde dentro,

permaneciendo cada uno en su puesto

de trabajo. En este caso se trata de no hacer

caso de las instituciones procedentes de arriba

siguiendo, en el propio trabajo, las consignas

del movimiento obrero. En lugar de iniciar

una huelga, los trabajadores y funcionarios

pueden ejercer sobre el gobierno una presión

más fuerte poniendo al servicio del movimiento

obrero sus propias herramientas.

La usurpación civil es pues, una estrategia

que se inscribe en el interior de las estructuras,

pero que efectúa una ruptura contra el

sistema dominante y desafía abiertamente a la

jerarquía. Se trata de apartar las estructuras

del objetivo que les ha sido asignado por el sistema

y de cambiar su e
fi cacia en contra suya

(del Sistema).

Esta estrategia puede ser utilizada con la
fi -

nalidad de analizar directamente en la práctica

el cambio que quiere provocarse (táctica del

«control obrero»).

Como ha sido explicado, en el contexto de la

lucha de clases, tomar el control, por parte de

los trabajadores, es dejar de hacer el juego. Son

ellos mismos quienes deciden sus condiciones

de trabajo y, sobre todo, de producción. Es negar

totalmente la colaboración con el aparato

en vigor. Para el trabajador es tomar en sus

manos la vida de la empresa (formación profesional,

cadencias, seguridad, horarios, reparto

de trabajo, movimientos de personal, etc.).

Digamos también que este ejercicio de control

obrero sólo puede ser «transitorio» y ligado

a una relación de fuerzas. Suele acabar con

un enfrentamiento global con el adversario de

clase (Lock-out). Pero, sobre todo, el ejercicio

del control colectivo continúa siendo el mejor

aprendizaje, para el proletariado, de las responsabilidades

que le esperan en el momento

de tomar el poder y de la transición al socialismo.

LIP es un ejemplo de ello. Esta fábrica

francesa de relojes iba a cerrar porque los dueños

la consideraban «poco rentable», los obreros

ocuparon la fábrica e hicieron funcionar

la producción y la renta varios meses demostrando

que eran capaces de funcionar incluso

mejor que antes.

En otro estadio, los estudiantes han aprovechado

muchas huelgas para organizarse ellos

mismos las clases, con nuevas materias y otros

sistemas de enseñanza, El ejemplo es también

válido para otros sectores, particularmente

vulnerables de la sociedad, en lugar de un ataque

directo contra el poder del Estado, inspira

instintivamente y de manera muy e
fi caz las

acciones actuales en Europa, La revolución a

«ras de tierra», es decir, la transformación radical

de una sociedad mediante la democratización

sucesiva de las nuevas instituciones de

abajo para arriba ha sido siempre uno de los

puntos básicos de la estrategia gandhiana.

Gobierno e instituciones

paralelas

Cuando todo un país está a merced de la arbitrariedad

de un gobierno que pretende imponer

su dominación negando todos los principios de

la vida democrática, no se trata solamente de

oponerse a una ley particular, sino que se tratará

de oponerse al gobierno. En consecuencia,

con la
fi nalidad de parar sus engranajes

y paralizarlos, convendrá extender la desobediencia

civil a las leyes que por sí mismas no

son injustas pero que sirven, a pesar de todo,

para los proyectos del gobierno. Cuando la situación

lo requiera se crearán estructuras, organizaciones

e, incluso, un gobierno paralelo.

En nuestro país, la existencia de la plataforma

de Organismos Democráticos es una

muestra de estructura paralela.

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Anexo I

Normas para una

campaña de prensa

A. — Exponer con claridad los

objetivos para poder:

1. Dar a conocer al gran público los principios

de la acción.

2. Vigilar que nuestro punto de vista sea

reproducido con exactitud y precisión.

3. Recti
fi car las falsas impresiones, los rumores

tendenciosos y las falsas noticias.

B. — Establecer un planing

de la acción con fechas.

C. — Preparar:

1. Un memorándum que explique la acción

de una manera muy general

2. Un boletín periódico con las novedades

de la acción.

D. — Difundir noticias y comunicados

a:

1. Los grandes periódicos nacionales, los

regionales y locales y las agencias de

prensa.

2. Principales periódicos extranjeros.

3. Principales emisoras de radio y de TV

(nacionales y extranjeras).

4. Redactores y editorialistas de los principales

diarios y revistas.

5. Comentaristas de radio y periódicos.

E. — Se recomienda:

1. Llevar las noticias a los periódicos antes

de las siete de la tarde, las redacciones

suelen cerrar a esta hora.

2. Hablar personalmente con los periodistas.

3. Hacer una lista de periodistas y contactos,

con direcciones y teléfonos, de cada

diario y revista.

F. — Organización.

1. Designar un responsable de prensa.

2. Formar un equipo de prensa, con funciones

especí
fi cas para cada persona (redactar

las noticias, llevarlas a los periódicos,

etc.).

3. Enterarse de dónde son y de dónde vienen

los periodistas, que establezcan

contacto con nosotros. Andar siempre

sobre seguro.

4. Designar las personas que se encargaran

de hacer declaraciones públicas.

5. Tener siempre a punto un dossier completo

y otro de selección de los artículos

de periódicos y revistas que hagan referencia

a nuestra acción.

6. Repartir este dossier a los periodistas

que visitemos.

7. Establecer una ruta de periódicos, para

poderlos visitar el menor tiempo posible.

8. Organizar un equipo fotográ
fi co y de reveladores.

Una noticia presentada con

fotografías tiene muchas más posibilidades

de ser publicada.

9. Las notas de prensa, llevarlas va elaboradas.

Hay que ahorrar al máximo a los

periodistas las posibilidades de tergiversar

la noticia.

10. Dar a los periodistas nombre, dirección

o teléfono de alguien para que puedan

dirigirse en caso de necesidad. Si es posible

esta dirección conviene hacerla pública.

Anexo II

El sociodrama y el taller

de acción directa

Muchas acciones salen mal porque en su

transcurso, surgen situaciones imprevistas

que provocan el desconcierto de los participantes.

Por ello es necesario, antes de hacerla,

ensayar su posible desarrollo. Es lo que llamaremos

«sociodrama» o taller de acción directa.

Un «taller» se diferencia de una conferencia

o de una reunión de educación en el sentido

de que el taller tiene como objetivo el hecho de

impulsar a los participantes a poner en práctica

sus conocimientos, más que hablar de pura

teoría. Los talleres pueden incluir, en sus programas

cursos de teoría, pero el objetivo principal

es la «práctica».

Un taller de acción directa comprende, generalmente,

varias sesiones de trabajo, reuniones

de grupo y el sociodrama, aparte de algunas

horas dedicadas a la discusión.

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22

Los objetivos más importantes de un taller de

acción son:

1) Poner en práctica

los conocimientos:

Los participantes, asumiendo diversos papeles,

aprenden a comportarse en diferentes situaciones

que se provocan, para no cometer en

la acción real los mismos errores.

2) Comprender al adversario:

Representando el papel del adversario, el militante,

aprende a pensar y sentir como el otro.

Esto será muy positivo, ya que a la hora de

la verdad estará más en disposición de prever

y comprender las reacciones del adversario.

Con entrenamiento se puede conseguir saber

la manera de pensar del adversario, y ello nos

permitirá preparar determinadas actitudes,

respuestas y argumentos.

3) Fortalecerla moral:

La práctica de una serie de situaciones con la

gente que va a participar en la acción nos permite

conocernos mejor unos a otros y establecer

una presión. Frente una fuerte hostilidad,

es importante tener con
fi anza en los demás.

4) Deshacerse de las

tensiones

Durante la acción, es muy importante intercambiar

los papeles de los participantes en la

acción, y de esta manera todos los miembros

se acostumbran a asumir diferentes responsabilidades.

El sociodrama

El sociodrama (no confundirlo con el Psicodrama,

muy utilizado en terapéutica mental).,

requiere la participación tanto del público

como de los participantes, aunque el público

ha de ser advertido que no puede reír ni moverse.

El público sirve de espectador que observará

el desarrollo del sociodrama para poder comentarlo

al
fi nal.

El sociodrama implica que diversas personas

jueguen espontáneamente diversos papeles

dentro del contexto de los problemas reales

que el grupo afronta. Hace falta un director,

cuyo trabajo será:

a. de
fi nir el problema.

b. precisar la situación (escenario).

c. distribuir los papeles a desempeñar.

d. hacer comentarios a los actores y a los

observadores.

e. para la acción cuando el objetivo se haya

conseguido.

f. dirigir la discusión y análisis
fi nal referente

al comportamiento de los actores y

los observadores.

Es probable que, las primeras veces el sociodrama

no salga bien. No importa. Se hace precisamente

para que los militantes se entrenen

para realizar mejor las acciones.

Es bueno empezar a practicar con situaciones

imaginarias simples, aunque no tengan

nada que ver con los otros objetivos (una discusión

entre dos personas, p. ej.).

De todas formas antes de empezar el sociodrama,

es bueno que la gente que va a realizarlo

se conozca un poco; una manera interesante

y rápida es el sistema «Philips 66»: Se divide la

gente en grupos de 6; cada miembro se presenta

(así se conocen); después cada grupo escoge

un portavoz. Durante 6 min. el grupo comenta

o discute sobre un tema escogido anteriormente

(qué se espera de este taller, cuál es el problema

más urgente de vuestro grupo, etc...).

Después cada portador presenta a la asamblea

los comentarios o las preguntas de su grupo.

De esta manera el comité de dirección del taller

puede apreciar rápidamente la cualidad y

las motivaciones de los participantes y modi
fi -

car en consecuencia, el programa previsto.

Es importante recibir «una respuesta» (feedback),

no solamente del taller sino de la organización.

Recibir una respuesta signi
fi ca descubrir

cómo evoluciona el grupo.

Ejemplo de sociodrama en una acción de piquete

o vigilia.

Participa un grupo de 25 personas. El instructor

de
fi ne el problema y una situación, y

pide al grupo que se ponga en circulo alargado

con una distancia de x metros cada uno

respecto a los otros. Todos llevan pancartas.

Se designa un responsable en cada extremidad

de línea, un responsable de información

y coordinador. Entonces se tratar de estudiar

una serie de situaciones que pueden suceder

en realidad. Por ejem.:

1. Vienen unos extremistas «camorristas»,

los insultan y les quieren quitar las pancartas.

2. Gente que pasa y hace algunas preguntas.

3. Un voluntario desconocido se añade al

grupo.

4. Un borracho pasa por delante y les dice

tonterías.

5. Militantes de grupos adversarios llegan

con pancartas diciendo lo contrario.

6. La policía disuelve el grupo haciéndoles

circular o deteniéndoles a todos, o sólo a

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algunos.

7. Periodistas se quieren entrevistar con

los miembros del piquete.

8. Un participante se encuentra mal.

9. Un participante no obedece las consignas.

10. Un participante se vuelve violento.

11. 12, 13, ...

Preguntas: ¿Cómo tomar las decisiones inmediatamente?

¿Cómo comunicarlas al grupo?

¿Hemos de mantener las relaciones con el

público? etc.

Anexo III

Algunos consejos

prácticos

Es lógico que no es lo mismo preparar una

«acción» de manera aislada (una «sentada») que

organizar una «campaña de lucha» compuesta

de diversas acciones. En el primer caso, sólo

habrá que disponer de un servicio de prensa,

seguridad, y alguna otra cosa.

Pero, cuando se hace una campaña hay que

prever diversos aspectos de la organización de

toda una infraestructura que nos permita conseguir

un máximo de e
fi cacia. En este caso,

quisiéramos hacer unas observaciones generales,

sobre todo para aquellos que no están

organizados:

1. Seguir las normas va mencionadas en

los capítulos correspondientes al análisis

de la situación, elección del objetivo,

primeras negociaciones y llamada a la

opinión pública.

2. Determinar unos lugares concretos de

reunión y encuentro.

3. Establecer la infraestructura de organización.

4. Dar responsabilidad a cada uno.

5. Determinar de qué manera serán tomadas

las decisiones.

6. Formar equipos de trabajo:

- coordinación

- administración y economía

- recaudación de dinero

- control de contabilidad

- prensa

- fotografía

- publicaciones

- redacción

- impresión

- distribución

- trabajo de secretaría

- transportes

- alojamiento

- alimentación

- contactos locales

- contactos internacionales

- seguridad

- acción directa

- sociodrama

- etc., etc...

7. Establecer un presupuesto inicial.

8. Contactos con abogados que aconsejen y

puedan ofrecer una defensa jurídica.

9. Elaborar un calendario (planing) a corto

y largo plazo para cada equipo y de manera

general para la acción.

10. Estudiar la legislación actual que haga

referencia a la acción.

11. Practicar el sociodrama antes de hacer

la acción.

12. Practicar dinámica de grupos.

13. Discreción.

14. Estudio del lugar de la acción y de sus

características.

Bibliografía

Movimiento de Objeción de Conciencia. Es legítima

la desobediencia. Tres décadas de objeción,

insumisión y antimilitarismo.

www.antimilitaristas.org/IMG/pdf/1-primerospasos.

pdf

Internacional de Resistentes a la Guerra. Manual

para Campañas Noviolentas. Nueva York.

2010.

http://www.wri-irg.org/system/files/Manual_

para_Campañas_Noviolentas.pdf

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En las circunstancias atentatorias

a los más mínimos derechos de la

vida es cuando necesitamos que aflore

la esperanza como faro que guíe

nuestros pasos o como parapeto infranqueable

ante la adversidad. La

esperanza se convierte en estos casos,

como decimos, en la única posibilidad

de sobrevivir, en la única posibilidad

de alimentar la vida.

(Xesús R. Jares)